Año 2012. Mike Krzyzewski, entrenador de la Universidad de Duke y seleccionador de Estados Unidos, reúne una de las mejores selecciones norteamericanas de la historia del baloncesto para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El róster estaba compuesto por Kobe Bryant, LeBron James, Chris Paul, Carmelo Anthony, Kevin Durant, Deron Williams, James Harden, Russell Westbrook, Tyson Chandler, Andre Iguodala, Kevin Love y Blake Griffin. Sin embargo, este último se lesionó poco antes de viajar a Inglaterra, y en su lugar entró un casi desconocido Anthony Davis (especialmente para el público europeo).
Aquel jugador algo flacucho, feo, con unicejo y cara de ser casi un niño, acababa de ser escogido número 1 del Draft del 2012 con New Orleans Hornets tras su año en la Universidad de Kentucky, e incluso antes de debutar en la mejor liga del mundo, ya se codeaba con algunas de las mayores estrellas del momento (y ganaba el oro olímpico con ellos) y que, a día de hoy, los que siguen en activo siguen siendo de los mejores jugadores que hay. Poco a poco fuimos conociendo más a Anthony Davis, y a pesar de que el premio a Rookie del Año en su debut se lo llevó Damian Lillard, se veía que también en Davis había material para conseguir una estrella.
Curiosamente, ese unicejo del que mucha gente se reía al principio seguía ahí, en la frente de Anthony Davis, y es que le acabaron recomendando que no se lo quitase para convertirlo en su marca personal, al igual que la barba de James Harden, y acabaron apodándole "The Brow" (la ceja). La siguiente temporada, como Sophomore, siguió batiendo récords, como el de ser el jugador más joven en la historia en promediar al menos 20 puntos, 10 rebotes y 2,8 tapones, siendo también votado como uno de los jugadores más mejorados en aquella campaña por detrás de Goran Dragić y Lance Stephenson. Además, aquel año se produjo su debut en el All Star Game tras la lesión de Kobe Bryant, y disputó ese famoso partido en la ciudad que le escogió en el Draft, Nueva Orleans.
Ya en su tercera temporada se produjo la eclosión real de Anthony Davis, siendo escogido esta vez como titular en el All Star con más de 1 millón de votos (tercero con más votos tras Stephen Curry y LeBron James), pero a diferencia del año anterior, el que sufrió la lesión fue él y se perdió la cita. Sin embargo, los premios siguieron llegando para La Ceja, al ser votado como quinto mejor jugador de la temporada en la NBA (quedó en esa posición en las votaciones a MVP) y su equipo, los ya denominados New Orleans Pelicans, se clasificaban para los playoffs de la NBA. Aquella temporada deja dos imágenes icónicas, la primera siendo el triple que anota el propio Davis sobre la bocina y con rectificado para ganar a Oklahoma City Thunder (lo que sirvió para entrar en playoffs como octavos por haberse llevado los duelos individuales ante los Thunder), y posteriormente el triple de Stephen Curry en su cara para llevar el tercer partido a la prórroga en Nueva Orleans, que terminaría llevándose Warriors y eliminando así a Davis.
Después de ese comienzo de carrera, en verano de 2015 Davis firma una extensión de contrato de 145 millones de dólares, la más lucrativa hasta entonces, con sus Pelicans. A partir de ese momento, Anthony Davis sigue progresando, firmando marcas personales de récord con partidos de más de 50 puntos, e incluso en el All Star de 2017, otra vez en Nueva Orleans (adjudicado tras haber suspendido el de Charlotte por medidas anti LGTBI en el estado de Carolina del Norte) fue escogido MVP tras anotar 52 puntos. Sin embargo, en la 18/19 comunica abiertamente que quiere ser traspasado tras muchos años sin lograr reunir un proyecto ganador, y su destino favorito eran Los Angeles Lakers de LeBron James.
Aunque tardó más tiempo del que a Davis le hubiera gustado, finalmente en verano de 2019, los Lakers envían a Nueva Orleans a casi todo su proyecto de futuro (Lonzo Ball, Josh Hart, Brandon Ingram y tres elecciones de primera ronda del Draft) para lograr el éxito inmediato, algo que tras tantos años de fracasos en el Staples Center, se hacía necesario. Así comienza una de las temporadas más complicadas en el seno de los Lakers, pero con una de las mejores parejas de la NBA actual, con LeBron como máximo asistente de la liga y Davis siendo el líder interior del equipo. Desde el comienzo, ambas estrellas se entendieron a la perfección, y Anthony Davis se mostró cómodo y contento de jugar en una ciudad como Los Angeles y de representar a un equipo como los Lakers. Su temporada le dio para ser considerado sexto mejor jugador del año, aunque único interior votado en estas posiciones "junto a Giannis Antetokoumpo" (uso comillas porque aunque esté considerado ala-pívot, siempre inicia como exterior, así que no cuenta).
Ya en la Burbuja de Orlando en la era post-COVID vimos, quizás, la mejor versión de Anthony Davis con la púrpura y oro. En este tiempo, fue el jugador con mejor porcentaje en tiros de media distancia de la liga, en playoffs apenas falló tiros libres (solo erró en las Finales a partir del quinto partido) y regaló momentos para el recuerdo, como su triple sobre la bocina para ganar a Denver Nuggets. Aquel día, los fans de los Lakers empezaron a creerse que su equipo podría ser campeón, y se emocionaron al ver que lo primero que hizo su estrella tras anotar el tiro fue gritar "KOBE". Finalmente, el MVP de las Finales se lo llevó su compañero, LeBron James, y aunque mucha gente intentó generar polémica sugiriendo que esa pelea por el galardón podría estropear la química, la realidad es que la primera persona en felicitar al Rey por su MVP fue el propio Anthony Davis.
Otra de las imágenes que quedarán guardadas en la retina de los aficionados a la NBA y a los Lakers será la de La Ceja llorando de emoción cuando se dio cuenta de lo que había logrado, ser Campeón de la NBA, y la importancia que eso tenía. Por ello, merece la pena todo lo sucedido anteriormente y dejar la ciudad que le vio crecer como jugador (Nueva Orleans) para poder, finalmente, estar en un proyecto que optase al trofeo. Sus playoffs y su rendimiento en las Finales eleva el nombre de Anthony Davis al de uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA, y le confirma como lo que es: una estrella actualmente.
Este año termina contrato, y aunque tiene la opción de renovar automáticamente, todo apunta a que no lo va a hacer. Sin embargo, la nación Laker puede estar tranquila, porque no renueva para poder cobrar más dinero, pero es un secreto a voces que quiere seguir en California, y quiere seguir junto a LeBron, ya que con él sabe que puede hacerse con más anillos en el futuro, y que lo que han construido en Los Angeles vale mucho más que cualquier dinero que le ofrezca el resto de franquicias. Hay Anthony Davis para rato.
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