En la NBA, no hay nada seguro. NADA. Un día puedes pasar de jugar tu quinta final consecutiva, convirtiéndote en una de las dinastías más exitosas de la historia del baloncesto, y a la siguiente temporada verte como el peor equipo de la NBA, estrenando tu nuevo pabellón sin poder disfrutar de tus estrellas.
Por otro lado, realizar inversiones económicas brutales en verano tampoco te garantiza éxito, y por mucho súper equipo que montes, si esas estrellas no saben jugar juntas, no tienen la química necesaria, o la actitud que requieren unos playoffs, puedes ver ese proyecto estrellarse mucho antes de lo esperado, y de una manera casi humillante. Hablamos en este caso de Los Angeles Clippers, equipo que peleó este año por quitarle el trono de ser "el equipo de Los Angeles" a los Lakers y que ha sufrido una de las derrotas más humillantes en playoffs de la historia de la NBA. Hoy, en Sobre La Bocina, vamos a desgranar los detalles de este resultado histórico para Clippers y, por supuesto, los ganadores: Denver Nuggets.
Sin Actitud, no se gana
Esta afirmación parece tan obvia, que puede llegar a sorprender que sea una de las razones del fracaso de un equipo, pero es la realidad. El batacazo de Kawhi Leonard y Paul George se estaba viendo venir desde el inicio de la Burbuja de Orlando. Los Clippers se vieron tan superiores a varios equipos, que se tomaron muchos partidos a risa, literalmente. En el encuentro en el que vencen a los Portland Trail Blazers, el banquillo de Clippers se ríe y mofa en la cara de Damian Lillard por fallar los tiros libres decisivos del partido, algo que solo provocó la ira del base de Portland y que completó una burbuja espectacular, siendo MVP de esos ocho encuentros.
Ya en playoffs les tocó enfrentarse a los Dallas Mavericks de Luka Doncic, y esas risas continuaron. Ese problema de actitud comenzó a hacerse latente cuando pensaron que iban a ganar la serie sobrados, sin ningún tipo de esfuerzo, y un chaval de 21 años como Doncic les endosó 43 puntos, 17 rebotes y 13 asistencias para ganar el partido sobre la bocina por 135-133. Cuando por fin se tomaron en serio la eliminatoria comenzaron a hacer dobles defensas sobre Luka y, por fin, vencieron 4-2, aunque no sin antes agredir al esloveno hasta en dos ocasiones para intentar sacarlo del partido. Sin embargo, que unos Dallas Mavericks sin Porzingis fueran capaces de forzar seis partidos para que Clippers venciera, debió hacer saltar las alarmas en los jugadores, pero eso no sucedió. De hecho, esas deplorables acciones de Marcus Morris sobre Luka Doncic dieron más sensación de equipo endeble que otra cosa, porque se vio que necesitaban de esas artimañas para ganar a un chaval de 21 años.
Encabezados por Marcus Morris y Patrick Beverley, los Clippers quisieron ser los chicos malos de la NBA
En la siguiente ronda, los Clippers se enfrentaron a Denver Nuggets, equipo que venía de remontar un 3-1 en contra ante Utah Jazz, que estaban cansados y parecían débiles (con defender a Jamal Murray debía ser suficiente para dar la eliminatoria por terminada). Al comienzo 1-0 a favor de Clippers, igualó Denver con 1-1, pero se vieron irremediablemente 3-1 por detrás con buenas actuaciones de Paul George y Kawhi Leonard, las estrellas del equipo. Sin embargo, con ese 3-1, Los Angeles Clippers se volvió a sentir ganador de la serie. Pero en playoffs hay que ganar cuatro partidos, no basta con tres, y eso es algo que Denver ya sabía. Los de Colorado se hicieron con el control de la serie, y ganaron tres encuentros consecutivos para destrozar a unos Clippers inoperantes. Esa mala actitud se ve en el hecho de que nunca creyeron que Nikola Jokic (25 años) y Jamal Murray (23 años) fueran capaces de ganarles, pero los 16 puntos, 22 rebotes y 13 asistencias del serbio, sumados a los 40 puntos del canadiense, hacen indicar que sí estaban capacitados para ganar. Tras esto, los Denver Nuggets se convierten en el primer equipo capaz de remontar dos eliminatorias que iban perdiendo por 3-1 en unos mismos playoffs. Meritazo.
La baja forma de las estrellas
Como se destaca anteriormente, fichar superestrellas no te convierte automáticamente en campeón de la NBA. Puedes ser favorito, sí, pero necesitas algo más que eso. Cuando en verano Kawhi Leonard "ligó" con varios equipos, entre ellos Lakers y Clippers, los dos competidores de Los Angeles, todo parecía indicar que el equipo que se hiciera con sus servicios sería campeón. No obstante, el año anterior los Raptors consiguen a "The Claw" en un traspaso por Demar DeRozan y Leonard les lleva al anillo siendo MVP. Además, poco después los Clippers logran el traspaso del siglo al enviar a dos jugadores de relleno (Shai Gilgeous-Alexander y Danilo Gallinari) junto con incontables rondas del Draft por un único jugador: Paul George (ni que decir tiene que PG me encanta como baloncestista y es una de mis debilidades).
Sin embargo, al poco de comenzar la temporada regular se empieza a pensar que quizás ese movimiento no fue todo lo positivo que se esperaba para los Clippers. Shai Gilgeous-Alexander, en su segundo año en la NBA, despunta en Oklahoma de la mano de Chris Paul (otro "apestado" traspasado a los Thunder por Westbrook), y junto a Gallinari consiguen que la temporada de los de la ciudad del trueno sea mejor de lo que se pensaba, con los Thunder entrando en playoffs para sorpresa de todos. En el otro extremo del traspaso, Paul George se lesiona más de lo debido y cuando juega junto a Kawhi Leonard, el resultado no es todo lo fluido que debería ser. Este hecho llegó a su punto más extremo en la Burbuja, con un Paul George realizando muy malos partidos a excepción de dos, y siendo más egoísta de lo que debía. La química no existía, y eso es algo que no digo yo, sino que lo dice Lou Williams, escolta de los Clippers y una de las principales armas ofensivas.
El famoso 'load management'
La falta de esa química necesaria para que un equipo funcione se puede entender también con la estrategia que tan de moda se puso últimamente, el load management. Esta estrategia tiene como objetivo reducir la carga (load) de partidos que los jugadores importantes tienen durante la temporada. Si se juegan 82 encuentros en una campaña regular de la NBA, el load management hace que ese jugador dispute en torno a 70 a pesar de no estar lesionado. Teniendo todo esto en cuenta, Paul George y Kawhi Leonard no disputaron tantos encuentros de temporada juntos como otras parejas que sí están dominando, el caso de Anthony Davis y LeBron James, quienes se entienden a la perfección. No puedes pretender conocer a alguien lo suficiente para tener química si no paras de perderte encuentros.
Además, esta estrategia ha tenido un efecto rebote que no se esperaban. Los Clippers decidieron llevarla a cabo porque los Toronto Raptors la usaron con Leonard el año anterior y fueron campeones gracias a que Kawhi llegó en muy buena forma a los playoffs. Sin embargo, varios periodistas han comentado que "algunos jugadores de Clippers pidieron el cambio con señales de fatiga durante el último cuarto", refiriéndose, muy probablemente, a alguna de las dos estrellas o incluso a ambas. Cabe recordar que el equipo rival, los Nuggets, disputó un encuentro más en la eliminatoria previa que Clippers y tuvo un solo día de descanso entre una ronda y otra, mientras que los de Los Angeles tuvieron tres, y los cansados son precisamente los Clippers. También, otro dato que evidencia la mala preparación física al no estar acostumbrados a jugar tantos partidos seguidos por el load management es que LeBron James cumple este año 36 primaveras, mientras que Paul George y Leonard tienen 30 y 29 años respectivamente, y a LeBron se le ve pletórico en estos playoffs (sin hacer uso del load management).
Jamal Murray y Nikola Jokic se han ganado el respeto de la NBA
Finalmente, ganaron los Denver Nuggets, y Los Angeles Clippers seguirá siendo ese equipo que en los 50 años de historia que tiene, nunca ha logrado alcanzar unas Finales de Conferencia de la NBA, el paso anterior a las Finales. Además, queda ver qué será del futuro de este equipo, porque la figura de Doc Rivers queda muy tocada al ser el único entrenador en haber desperdiciado varias ventajas de 3-1 en playoffs, por lo que un despido en las próximas semanas no sorprendería a nadie (sin equipo quedan entrenadores de alto postín como Mike D'Antoni o Billy Donovan, quien ya conoce a Paul George de la etapa en Oklahoma).
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