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El Partido Imposible

  • Foto del escritor: Marcos Granda Martínez
    Marcos Granda Martínez
  • 18 mar 2020
  • 5 Min. de lectura

En días como estos de confinamiento absoluto, los aficionados al deporte tenemos muy pocas opciones de ver contenido que de verdad nos entretenga, ya que la suspensión de las ligas nos ha dejado huérfanos de partidos. Ante este hecho, muchos twitteros han decidido compartir vídeos de partidos al completo, lo que me hizo recordar que la FIBA, en su cuenta oficial de YouTube, había colgado en su momento el encuentro de semifinales del Eurobasket de 2015 en el que España venció a Francia por 80-75 en la prórroga.

Pau Gasol realiza un mate


Por primera vez desde la celebración de ese partido, decidí volver a verlo de manera íntegra, ya que ni siquiera el día de la propia semifinal pude hacerlo (tenía una cena con mis padres y unos amigos que no me pude saltar, aunque afortunadamente el restaurante tenía televisión). Los previos encuentros que me había visto repetidos de España en campeonatos internacionales fueron siempre las finales, y por lo general se ganaba por una diferencia considerable de puntos, por lo que la dominación de España era evidente desde el principio. Sin embargo, según avanzaba el encuentro entre los galos y Pau Gasol y compañía, mi mente solo podía pensar en una cosa: ¿cómo demonios logró la selección y Scariolo ganar ese partido?


La respuesta, en esta ocasión, no es nada sencilla. El partido que juega el combinado nacional es, por así decirlo, bastante deficiente. Las pérdidas absurdas, los fallos, la sensación de que solo Pau Gasol tenía soluciones (y de vez en cuando el Chacho)... te hacen pensar que ese es el típico partido de baloncesto en el que sabes quién va a ganar, y es que a día de hoy, tras haber visto el partido entero completamente relajado y en un estado mental adecuado para analizarlo, diría que de las 10 veces que se jugase ese partido, Francia ganaría 9, y 7 de ellas sería por una diferencia superior a los 15 puntos de ventaja.

La celebración con rabia de Pau Gasol tras una de las mejores acciones del encuentro


Sin embargo, a pesar de las malas sensaciones de España y las pocas ocasiones para la celebración debido a los bajos porcentajes en el tiro, Francia nunca era capaz de despegarse, y sin apenas darse cuenta pasaban de ganar de 6-8 puntos a solo 2. Quizá la primera explicación es el partido de Tony Parker, MVP del pasado Eurobasket, quien acierta 4 tiros de los 17 intentados en el encuentro y solo anota un triple, perdiendo además 3 balones en el transcurso del encuentro. Este estado de forma de Parker, unido a las dos faltas tempranas de Evan Fournier y el bajo acierto también de Nicolas Batum, hacían que el único capaz de sostener el ataque fuera Nando De Colo, lo que permitía a España acercarse cuando De Colo estaba fatigado. 


El mejor cuarto de Francia llegó en el tercer período, y otra razón que me haría afirmar con los ojos cerrados que era imposible que España ganase ese partido sería la diferencia de puntos en esos 10 minutos. Hace unos años, un entrenador de baloncesto con mucho más conocimiento en la materia que yo me dijo que quien ganase el tercer cuarto, por lo general ganaba el partido, y el parcial en ese período fue de 23-16 para Francia, lo que hizo entrar al último acto del partido 8 abajo, llegándose hasta los 11 de diferencia, máxima para el equipo galo en toda la noche. Otra razón era el ambiente hostil, ya que ese partido se disputó en Lille, y con un pabellón TAN en tu contra como aquella tarde, remontar 11 puntos no es tarea fácil. Pues sin darme cuenta, con unos pocos tiros libres de Pau Gasol y las aportaciones de Sergio Rodríguez y Llull, España se acercaba en el marcador. Se acercó tanto, que después de una gran acción del Chacho, los de Scariolo ganaban de 3 puntos, pero un triple de Batum desde la esquina nos heló la sangre a todos y a mí me dio un bajón considerable al forzar la prórroga.

Pau Gasol y Llull fueron claves en el final del encuentro


Siguiente razón para no creer en la victoria de España: jugar una prórroga en ambiente hostil. Además, la manera en la que se jugó, porque aunque la roja empezó anotando, Francia se puso por delante con buenas acciones suyas. Sin embargo, nuestro querido Rudy Gobert, por quien se ha suspendido la NBA, fue absolutamente incapaz de contener a un Pau Gasol desatado que ya andaba por la treintena de puntos, siendo finalmente expulsado al cometer su quinta falta y regalándole al pívot catalán un emparejamiento mucho más amable con Lauvergne. En los últimos instantes, los colegiados levantaron mucho la mano, siendo más permisivos, y aunque se pudo pitar alguna falta en ataque de Pau en una acción que volvía a colocar a España 3 por encima, no lo hicieron. 


Ahí llega la jugada clave del encuentro. Víctor Claver intenta hacer falta sobre Batum para que no pueda lanzar desde el triple, pero el francés se escapa, llegando entonces Claver tarde y cometiéndola mientras tiraba, regalando 3 tiros libres a Batum, quien llevaba un 100% de acierto hasta el momento (6/6). Incomprensiblemente, el jugador de los Charlotte Hornets falla los 3 lanzamientos, y España culmina el encuentro con una jugada rápida, evitando la falta de Francia, y asesta el golpe final con un mate de Pau Gasol para sus 40 puntos y celebración para España. Habían devuelto la jugada del Mundobasket de España un año antes, y habían ganado un partido imposible. La final, de nuevo, un paseo para los de Scariolo, y el Eurobasket 2015 se quedó en manos de la Selección Española que sin gente como Marc Gasol o Ricky Rubio (mejores del último mundial) fue capaz de acallar las críticas una vez más y alzarse al cielo del baloncesto europeo.

Quizás, y ya para finalizar, una de las explicaciones más plausibles de por qué España logró hacerse con el partido y acceder a la final es la fortaleza mental que tiene ese equipo con Sergio Scariolo al mando. Desde que el italiano entrena al combinado nacional, se ha antepuesto siempre a las críticas, siendo capaz de sobrellevar esos comentarios de "este equipo no gana a nadie" por sufrir en primera ronda, y ha logrado más éxitos de los que podríamos haber soñado. Eso, junto con el hambre de revancha tras el Mundobasket anterior, hizo que España no se rindiese en ningún momento, y a pesar de no jugar un buen partido, fueron capaces de derrotar a la anfitriona y favorita. Esa fortaleza mental no la hemos visto en casi ningún equipo, especialmente con lo mucho que cambia cada verano. Nunca duden de ellos, sean quienes sean.

 
 
 

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