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¿Influyó la Política en la Baja Audiencia Televisiva de las Finales de la NBA?

  • Foto del escritor: Marcos Granda Martínez
    Marcos Granda Martínez
  • 9 nov 2020
  • 6 Min. de lectura

Aprovechando el momento actual que vive Estados Unidos tras la elección de Joe Biden como el 46º presidente de los Estados Unidos de América, me planteo una pregunta que seguramente ha traído de cabeza a Adam Silver, comisionado de la NBA, y persona más preocupada en este planeta por las audiencias de la mejor liga de baloncesto del mundo. ¿Influyó la política en la baja audiencia televisiva de las Finales?


Seguramente todos recordemos cómo comenzó la NBA tras el Coronavirus, en una burbuja, sin público en los pabellones, y tras una grave crisis de derechos humanos tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía, lo que provocó un aluvión de protestas en todo el país. Poco después del reinicio, en medio de la primera ronda de playoffs, una nueva muerte violenta de un afroamericano por culpa de la policía provocó la suspensión del Milwaukee Bucks - Orlando Magic, del cual ya hablé anteriormente en este artículo, y posteriormente tres días de pausa en la NBA.


Tras un nuevo retorno de la liga, los playoffs se jugaron sin más incidentes, pero en medio de un país con todavía una fuerte polémica por el movimiento Black Lives Matter y en medio de la fase final de las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos. Miami y Los Angeles se enfrentaron en las Finales, saliendo victoriosos los Lakers de LeBron James, con el propio Rey como MVP y un título que se dedicó enteramente al fallecido Kobe Bryant, mejor jugador de la anterior victoria angelina en el 2010. Sin embargo, días después, la conversación dejó de estar tan dirigida al gran nivel de los Anthony Davis, James o Caldwell-Pope, y se centró algo más en la baja audiencia televisiva. En un principio, se achacó el gran bajón (peores números en años) a la gran importancia que el Black Lives Matter tuvo en la Burbuja, con un gran letrero impreso en la pista y la posibilidad de que los jugadores vistiesen camisetas con mensajes reivindicativos (reforma educacional, ya basta o ámanos fueron algunos de los dorsales que se vieron), lo que provocó que la facción conservadora iniciase un boicot a los playoffs, encabezado por Donald Trump.


Sin embargo, esto es algo que hay que mirar con perspectiva, y no reducirlo todo a una sola razón. Sí, seguramente la presencia del BLM haya hecho que varios republicanos dejasen de ver las Finales o los playoffs, pero hay más razones. Entre ellas están las fechas. Los americanos están muy acostumbrados a respetar sus fechas en todos los deportes. De septiembre a febrero, lo principal es la NFL, mientras que la NBA se juega de octubre a junio, para que justo antes del verano lleguen las Finales. En abril comienza el béisbol, y la parte principal se celebra en los meses de verano, los mejores para acudir a esos estadios tan abiertos y sin techo. Es muy importante que se sigan estas fechas, y eso es algo que se ha demostrado. El baloncesto se juega en pabellones cubiertos, por lo que el mejor momento para disfrutarlo es el otoño y el invierno, y justo cuando va a empezar el verano se acaba la NBA, pero en esta ocasión acababa de empezar la postemporada. Por otro lado, las últimas semanas coincidieron con el inicio del fútbol americano, la NFL, y ese deporte se lleva casi toda la audiencia del país, así que esa batalla también estaba perdida. Por lo tanto, mucha gente se descentró al ver la NBA en esos meses tan extraños, y se perdió gran parte de la audiencia por este motivo.

De izquierda a derecha: partido de NFL en Miami con sol; el estadio de los Chicago Bulls de la NBA nevado; y un típico tailgate veraniego previo a un partido de béisbol


Otro factor a tener en cuenta fue la falta de público. Todos estamos cansados de ver partidos con gradas vacías, es mucho más aburrido de lo que era hace unos meses. Y aunque la NBA hiciera un trabajo espectacular para reducir esa sensación de vacío con las pantallas gigantes y gradas virtuales, sigue sin ser lo mismo. Sin público se pierden momentos como un mate que levanta a todo el pabellón, los gritos ensordecedores de algunos fans (los ruidosos aficionados de los Warriors o Raptors crean una atmósfera única) o la celebración de una canasta sobre la bocina como si fuera un gol. En la Burbuja tuvimos muchos momentos así, como los triples de Anthony Davis o Luka Dončić, o la gran canasta de Devin Booker, pero la celebración se redujo a los propios jugadores, y emocionaba mucho menos.

Grada virtual durante la burbuja


Por último, los equipos implicados también han podido tener su papel. LeBron James sigue siendo uno de los jugadores con mayor número de haters en todo el deporte profesional, y verle fracasar es uno de los pasatiempos favoritos de muchos aficionados a la NBA. Sin embargo, aunque la historia nos regalase una final ante el equipo con el que James logró su primer anillo, la diferencia de nivel entre Miami y Los Angeles era tan grande que restó espectacularidad a esta serie. Es cierto que los Heat llegaron por méritos propios, y lograron ponerse 3-2 en la eliminatoria, pero finalmente la calidad Laker se impuso. Lógicamente, muchos de los detractores de LeBron no querrían quedarse delante de la televisión para verle ganar "claramente" a los Miami Heat, por lo que por ahí también se perdió audiencia. Aparte, el aficionado neutral también pudo mostrarse desinteresado por unas finales así tras vivir tantos años seguidos con la rivalidad Warriors - Cavaliers o las últimas entre los propios Golden State Warriors y Toronto Raptors, así que pensarían que igual no era tan necesario ver las Finales del 2020.


En conclusión, sería injusto responsabilizar a la NBA y su lucha por los derechos civiles como única razón que justifique la baja audiencia. Si quedan dudas, se puede comprobar en las últimas elecciones. A pesar del teórico poder de Donald Trump, y lo sencillo que suele resultar ser reelegido por su sistema electoral, tras solo cuatro años en la Casa Blanca, el presidente republicano deja su asiento en el despacho oval para que sea ocupado por el ex-vicepresidente y candidato demócrata Joe Biden, quien además logró récord de número de votos. La realidad es que hay más de 75 millones de adultos en Estados Unidos que están a favor del Black Lives Matter, y seguramente muchos otros menores de edad, incluso niños, aficionados a la NBA, y si no han podido ver los playoffs desde luego no ha sido por política, sino por no encontrarse en su casa al estar de vacaciones o cualquier otra razón.


¿Cómo solucionar este problema?

Desde luego, no es sencillo. Lo primero de todo es adelantar la fecha de inicio de la NBA, algo que ya se ha aprobado. La primera idea era comenzar el 18 de enero, justo en el momento en el que la liga de fútbol americano está en el punto más interesante. Sin embargo, esto ya se ha desechado, marcando la fecha en el 22 de diciembre. La razón más evidente es que cuanto antes se empiece, antes se acabará, y la fecha de fin de la liga se acercará mucho más a la de siempre, dando margen para que la 21-22 vuelva a la completa normalidad. Además, el 25 de diciembre, día de Navidad, es una fecha marcada en el calendario de cualquier amante de la NBA, ya que es el día grande de la liga (cada liga tiene una fecha icónica en la que se juegan los mejores partidos, como año nuevo para la NFL). Salvar Navidad y finalizar en junio podría ser clave en el devenir económico de la liga.


Otra medida sería la de incluir público, como sea, desde el principio. Lógicamente, viendo cómo están las cosas en España y cuándo va a llegar la segunda ola de la pandemia a Estados Unidos, es impensable que haya pabellones llenos en la NBA, pero conseguir meter gente, aunque fuese un porcentaje muy pequeño, sería clave para la liga. Es cierto que cuanto más tarde se empezase, más público entraría, pero por otro lado, Adam Silver ve bastante improbable tener pabellones al 100% en toda la temporada, así que teniendo eso en cuenta, lo mejor es empezar lo antes posible. Finalmente, el All Star será un tema complicado de gestionar, ya que sin público no se contempla realizar este gran evento (creado única y exclusivamente para el disfrute del público), pero también es cierto que seguramente ayude a recaudar grandes cantidades de dinero gracias a sus horas y horas de contenido televisivo.

El Madison Square Garden de Nueva York, con un lleno total


Evidentemente, esto no salvaría todo el dinero que la NBA ingresaría en una temporada normal, pero por lo que parece, el objetivo de la liga es salvar la 2020/2021 de la mejor manera posible, para volver completamente preparados a la 21/22 y a la normalidad absoluta. Terminando en junio, como se tiene planeado, daría la opción de empezar la siguiente como siempre, en octubre, y así podría realizarse una temporada normal y corriente, con sus fechas de toda la vida, y su gran beneficio económico. Esperemos que así sea.

 
 
 

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