Probablemente, la mayor polémica que ha rodeado a la liga universitaria americana en los últimos años ha sido el problema con el dinero que ingresaban los jugadores (0 dólares) y el que ingresaban sus universidades (millones). Las normas de la National College Athletic Association no permitían a los universitarios recibir ningún tipo de ayuda económica fuera de su beca, lo que en muchas ocasiones se transformó en expulsiones del programa a esos estudiantes, pero esto parece que va a cambiar.
Trevor Lawrence, uno de los universitarios más carismáticos del momento, será el centro de muchos patrocinios deportivos
La crisis del COVID-19 golpea a todos por igual, y en el caso de la NCAA, el torneo más importante del año por el que ingresaban la mayor cantidad de dinero, el March Madness, ha sido cancelado por primera vez en su historia (ni la Segunda Guerra Mundial lo paralizó). Esta pérdida de dinero en forma de derechos televisivos y patrocinios podría solucionarse atrayendo a algunos de los mejores talentos jóvenes cada año, como el caso de Zion Williamson en Duke la pasada temporada, pero toda la polémica que envuelve al sistema universitario está provocando que los mejores prospectos de instituto prefieran jugar en la Liga de Desarrollo de la NBA a la universitaria.
Yo siempre he defendido que, en muchos casos, la beca universitaria debería ser más que suficiente, ya que cubre gran parte de las necesidades de los deportistas. Sin embargo, hay algunos jugadores que, aunque ellos no tengan problemas para vivir, sus familias sí, y por eso quieran ayudar con algo de dinero extra que la NCAA no permite ganar. También hay casos extremos, como uno que vi en un documental hace unos meses en el que a un ex jugador universitario le fue revocada la beca (que solo cubría los estudios en su caso) por aceptar la ayuda de los padres de un compañero, que le ofrecieron un alojamiento gratis. Ese tipo de normas ha salpicado la reputación de la NCAA, ya que el jugador no podía vivir por su cuenta, y por aceptar una ayuda desinteresada, perdió la beca, por lo que tampoco podía permitirse la matrícula ni material escolar.
La universidad de Ole Miss ofreció dinero a algunos jugadores para fichar por ellos, y por ello lleva años sancionada sin participar en la NCAA
Además, otro punto a favor de los detractores de que los deportistas solo pudieran disfrutar de su beca, es el hecho de que las universidades se han hecho de oro gracias a estos jugadores. Las instituciones como Duke, Michigan, North Carolina, Clemson, Alabama, Louisiana State... han logrado muchísimo dinero gracias a participar en los playoffs tanto de fútbol americano como de baloncesto, gracias a los contratos televisivos, patrocinios, etc. y el hecho de que los propios deportistas, que son los que consiguen ese éxito, no disfruten nada de ese dinero, no es justo. Además, si echas un vistazo a los salarios de los entrenadores, te das cuenta de que es todavía peor, ya que por ejemplo, Mike Krzyzewski (Duke) se embolsa en torno a 10 millones de dólares al año, y aunque lleva a muchos jugadores a la NBA, no dejo de verlo injusto.
Todo esto ha provocado que en los últimos años, muchos jugadores que salían del instituto escogiesen otros caminos, como irse a jugar al extranjero (LaMelo Ball) o empezar en la Liga de Desarrollo de la NBA, donde podrían ganar dinero, tener patrocinadores, y seguir aprendiendo para poder presentarse al Draft. Este problema se hizo muy patente con Zion Williamson el día que se lesionó contra los North Carolina Tar Heels. Aquella lesión pudo haberle costado la carrera por disputar un partido que apenas afectaría a la clasificación de Duke ni al March Madness, y para entonces no habría cobrado un solo dólar siendo uno de los mayores talentos de los últimos años. Además, su lesión se produjo al haberse roto la bota que usaba, la cual se la proporcionaba la universidad dentro de su propio acuerdo, y el monstruoso cuerpo de ese jugador requería un playero especial, reforzado, para que no sucediesen ese tipo de cosas.
La explosión del playero de Zion hizo saltar las alarmas a muchos jugadores
Por fin, tras años manteniendo esta conversación, los jugadores que decidan ir a la universidad podrán recibir dinero por patrocinios, e incluso contratar un agente que les ayude a lograr esos contratos, aunque tiene ciertas restricciones que no voy a enumerar aquí. Esto permitirá que, de nuevo, los grandes talentos escolares decidan iniciar una carrera universitaria y evitar la fuga que se estaba gestando esta temporada. Además, cabe la posibilidad de que incluso se vuelva a realizar un videojuego al mismo estilo NBA 2K / FIFA / MADDEN con el que vivir tu propia experiencia universitaria y utilizar a alguno de los jugadores más populares del momento, por lo que podrían llegar a ganarse un dinero extra por derechos de imagen. Grandes noticias para la NCAA, pero sobre todo para sus jugadores.
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