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Obi Toppin, La Nueva Esperanza Neoyorquina

  • Foto del escritor: Marcos Granda Martínez
    Marcos Granda Martínez
  • 11 dic 2020
  • 4 Min. de lectura

Dejando atrás el hecho de que el nombre puede sonar gracioso, Obi Toppin es la nueva esperanza de una de las franquicias más necesitadas de buenas noticias en toda la NBA, unos New York Knicks que llevan viviendo horas bajas demasiadas temporadas y se escudan en la reconstrucción para hacer disfrutar nuevamente al público del Madison Square Garden.


La NBA es mejor cuando los New York Knicks son buenos. Esa frase, acuñada por la periodista neoyorquina de la ESPN Doris Burke, no puede ser más cierta. A la NBA le viene muy bien que las grandes ciudades disfruten de baloncesto de primer nivel, como es ahora mismo Los Angeles, localidad que tiene a los flamantes campeones, los Lakers, y a otro de los favoritos al título, los Clippers. A decir verdad, Nueva York sí que tiene una franquicia con una gran plantilla que apunta a cotas altas esta nueva temporada, aunque se trata de los Brooklyn Nets, un equipo que a pesar de estar localizado en la gran urbe americana, no quiere identificarse tanto con Nueva York al completo, sino con el barrio al que representan, Brooklyn.

Tras muchos años en Nueva Jersey, los Nets se instalaron en Brooklyn para gobernar Nueva York


Pero los Nets, no son los Knicks. Los New York Knicks han aparecido en infinidad de series (o al menos se les ha nombrado), y aunque muchas veces haya sido en clave cómica, es posiblemente una de las franquicias que más veces ha tenido presencia en la televisión. Por otro lado, la camiseta de los Knicks está presidida por las palabras "New York" en su parte frontal, por lo que resulta muy evidente a qué ciudad representan. Lamentablemente, hace mucho tiempo que los Knicks no son un referente, y lo que resulta más extraño, que ninguna estrella de la NBA quiere engalanarse con los colores azul y naranja y disputar sus encuentros como local en la Mecca del baloncesto. El último en hacer frente a esa responsabilidad (y con muy buen crédito, por cierto) fue Carmelo Anthony, aunque su bagaje en la Gran Manzana se reduce a dos apariciones en playoffs en los que solo lograron ganar una serie en 2013 ante los Boston Celtics.

La última gran estrella en tomar la responsabilidad de los Knicks


Desde entonces, malas decisiones en los despachos (con la figura de Phil Jackson muy dañada) y diversos problemas provocaron que los Knicks no volvieran a entrar en unos playoffs y se consumaron los peores resultados en la historia de la franquicia, ya que en 2015 y 2019 solo lograron ganar 17 encuentros, récord negativo de los Knicks. Todo esto ha provocado que ninguna estrella quiera convertirse en el nuevo Carmelo Anthony, y no se atreva a fichar con el equipo neoyorquino a pesar de la mística que siempre ha acompañado a los Knicks. Los únicos que realmente tienen ganas son los jóvenes talentos que llegan desde el Draft, algo que demostró RJ Barrett, elección de 2019, cuando tras la ceremonia exclamaba con incredulidad: "I'm a Knick" (soy un Knick) para la risa de los periodistas.


La buena noticia, es que esto se ha repetido con Obi Toppin, jugador escogido hace apenas dos semanas en el Draft de la NBA en el puesto 8, también por los New York Knicks, y que no podía dejar de llorar tras saber que iba a jugar en Nueva York. Y es que Obi Toppin es seguidor de los Knicks, como buen neoyorquino, nacido en Brooklyn en 1998. Toppin, además, está muy arraigado a la cultura de la Gran Manzana ya que su padre fue un legendario jugador de Rucker Park, la pista callejera más conocida de la isla de Manhattan, lo que hizo a Obi Toppin enamorarse de esa cultura baloncestística que siempre ha acompañado a Nueva York.


Kobe Bryant y Kevin Durant en la mítica cancha de Rucker Park


Obi Toppin, además, también representó a su ciudad en la etapa de instituto, en la que jugó en Ossining High School, para posteriormente acudir a la universidad de Dayton, en Ohio, donde acumuló highlights (jugadas espectaculares) gracias a sus vuelos sin motor. Al igual que su progenitor, Obi Toppin es un interior con una capacidad atlética superlativa, lo que le permite volar sobre las pistas y regalar mates para el recuerdo, algo que en Rucker Park siempre se agradece, y que ahora podrá disfrutar la hinchada Knick. Aparte de todo, es un jugador de gran talento, y su caída al puesto 8 solo corresponde con el ferviente deseo de los New York Knicks de escogerle en el Draft. Su nivel baloncestístico, y la actitud de querer devolver a su equipo al lugar al que pertenece, puede llevar a Obi Toppin a ser lo que se conoce como "robo del Draft", o sea, jugador que destaca por delante de muchos que fueron escogidos en posiciones superiores.


Esta temporada, aunque no se pueda esperar público en el Madison (al menos al principio) por culpa de la pandemia, los aficionados a los Knicks pueden tener la esperanza de que sea el comienzo de algo importante, con un RJ Barrett que ha cogido experiencia y será referente exterior y un Obi Toppin que aportará sus 20 puntos, 7,5 rebotes, 2,2 asistencias y 1,2 tapones logrados el año pasado en la NCAA, además de sus espectaculares mates. Si bien es cierto que este año no se pueden esperar playoffs en el Madison Square Garden, tener un mimbre de jóvenes sobre el que construir una franquicia ganadora en el futuro, es muy importante, y sino, que se lo digan a los Warriors que a través del Draft sumaron a Curry, Thompson y Green, columna vertebral de la dinastía tricampeona. Si los Knicks saben ser pacientes, Nueva York volverá a ser un referente. De momento, dejen jugar a Barrett y Toppin.


 
 
 

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