El equipo californiano se proclama por decimoséptima vez en su historia Campeón de la NBA en una intensa final ante unos Miami Heat que no perdieron la cara ni cuando peor lo tenían.
Ya es oficial, la temporada 2019/2020 de la NBA, la más larga de su historia, llega a su fin en la Burbuja de Orlando y con el mejor campeón posible para lo que 2020 estaba siendo: Los Angeles Lakers. En enero comenzaban las malas noticias para el equipo angelino con la muerte de su mayor leyenda, Kobe Bryant. La noticia sacudió al mundo del baloncesto, y parecía que aquel mes de enero, el primero de 2020, sería el peor de todo el año. Nada más lejos de la realidad. Meses después, Rudy Gobert daba positivo por Coronavirus tras una broma bochornosa en rueda de prensa, y la NBA frenaba en seco en, posiblemente, el mejor momento de la temporada. Parecía algo que no se extendería demasiado tiempo, pero acabaron siendo unos cuatro meses de inactividad.
En todo ese tiempo, la mejor liga del mundo trabajó sin cesar para crear el ambiente más seguro posible para la reanudación de la competición, y la mejor opción fue la de hacerlo en formato burbuja. Posteriormente, comenzaron los preparativos en el parque de atracciones de Disney en Orlando, y tras meses elaborando un protocolo infalible y preparando el terreno, llegaron los jugadores. En dos meses y medio que ha durado la NBA, el balance es el mejor posible: 0 positivos. Aquellos que se pasaron de la raya fueron multados o, incluso, expulsados de la burbuja, y eso sirvió de precedente para que nadie volviera a equivocarse. Ni siquiera la llegada de familiares a Orlando destruyó ese ambiente de burbuja, y la NBA puede congratularse de convertir ese recinto de Florida (uno de los estados más afectados por el COVID-19) en el espacio más seguro de todo el planeta con respecto al virus.
Tras ocho encuentros de temporada regular en los que se vio a unos Lakers descafeinados, llegaron las críticas de todas las esquinas del mundo. Incluso grandes aficionados al equipo púrpura y oro se ahogaban en un vaso de agua mientras su equipo perdía partidos sin importancia. Comenzaron los playoffs y con la primera victoria de Portland, Los Angeles Lakers se puso a jugar en serio, arrollando a los de Lillard a las primeras de cambio. Lo mismo sucedió con Houston, quien parecía que iba a ganar a LeBron y Davis tras su primer partido y se vieron apabullados gracias a los ajustes tácticos de Frank Vogel. Posteriormente llegó Denver, equipo revelación en el Oeste de los playoffs, y su gran labor nos regaló imágenes como el triple sobre la bocina de Anthony Davis gritando "Kobe". Sin embargo, el desgaste físico y mental de haber remontado dos 3-1 adversos acabó agotando a los Denver Nuggets, y aunque ganaron un partido, el quinto fue demasiado y los Lakers regresaron a las Finales de la NBA diez años después.
El rival: Miami Heat. Mucha gente devaluará el valor del campeonato de los Lakers por los equipos a los que se enfrentaron, pero la realidad es que Miami se ganó su propio derecho a competir en la final tras vapulear al mejor equipo de su conferencia, Milwaukee Bucks, y ser el mejor ante Boston Celtics, favorito tras la caída de Antetokoumpo. Los de Erik Spoelstra llegaron a la ronda decisiva como los tapados, pero con la confianza de que su calidad y buen juego eran razones suficientes para soñar con el anillo. Y, sin sorprender a nadie, fue el equipo más duro de ganar de todos los que tuvo Lakers por delante. Jimmy Butler encestó lo que nunca había encestado, Tyler Herro demostró una caradura impropia en un crío de 19 años y llamó a las puertas de los más grandes, y Duncan Robinson se confirmó como uno de los mejores tiradores en la NBA actual.
Por otro lado, los Lakers llegaron a la final como claros favoritos, lo que les añadía un punto de presión extra por ser el equipo que sí tenía algo que perder. LeBron James y Anthony Davis sabían que el listón tenía que estar muy elevado, y que el nivel de juego debía ser el mejor exhibido de toda la temporada. Los secundarios como Kentavius Caldwell-Pope o Rajon Rondo aportaron más de lo esperado, y las malas actuaciones de gente como Danny Green o Kyle Kuzma no tuvieron un impacto tan negativo. Aun así, Miami se hizo con dos victorias merecidas y provocó las dudas en más de un Laker.
Rondo, primer jugador en ganar la NBA con Boston y Lakers, fue el encargado de levantar el trofeo
Pero LeBron James lo dijo unos días antes: a los aficionados de los Lakers les da igual lo que hayas hecho en el pasado, lo único que les importa es lo que hagas con ellos. Y esa fue su motivación y comportamiento durante todas las finales. Al igual que con Miami y Cleveland en las Finales que disputó anteriormente, LeBron asumió el rol de líder y estrella de los Lakers, siendo el mejor jugador en cancha con el permiso de Jimmy Butler. Anthony Davis, por su parte, quiso hacer el mejor homenaje posible a Kobe Bryant en unas finales dedicadas a la Mamba, y jugó con el talón lesionado y dolorido, porque solo importaba una cosa: ser campeón de la NBA. LBJ entró en el Olimpo de la NBA siendo el jugador con más partidos de playoffs disputados, el segundo con más triples dobles en postemporada y el primero en triples dobles en las Finales. Además, también es el primero que logra ser MVP de las Finales con tres equipos diferentes. Un récord tras otro. Y Davis también se ganó su hueco en las estrellas gracias a su estelar actuación en el tiro: 50% en tiros de dos, 40% en triples y 90% en tiros libres, algo que solo habían logrado cuatro jugadores antes que él (Magic Johnson, Penny Hardaway, Chauncey Billups y Kevin Durant).
La verdad es que el sobreesfuerzo de Miami en el quinto partido terminó con sus aspiraciones para el sexto, ya que los Lakers pasaron por encima a los Heat llegando a tener diferencias de 30 puntos en varias fases del encuentro. Ese marcador permitió hacer ronda de homenajes en ambos conjuntos, retirando cada entrenador a sus estrellas para que pudieran disfrutar (o lamentar) en el banquillo. Ese momento nos regaló imágenes como las de un LeBron James celebrando pletórico, o un Anthony Davis llorando de la emoción de lograr su primer anillo en ocho temporadas y convertirse así en el único ser humano Campeón de la NCAA, Campeón Olímpico, Campeón de Mundo y Campeón de la NBA. Y con la bocina final, fiesta en el banquillo de Lakers, y los californianos igualan a Boston Celtics en títulos de la NBA con 17.
Las dos grandes estrellas de los Lakers
En los diez años que habían pasado desde la última aparición de Lakers en las Finales, muchas cosas habían cambiado en el equipo angelino. Kobe se lesionó, regresó, se volvió a lesionar, y se retiró con una actuación antológica con 60 puntos. Magic Johnson entró en la directiva y dimitió tras varios años de fracasos. Los Lakers entraron en reconstrucción con piezas jóvenes, pero se cansaron de esperar y traspasaron a casi todos para traer a Anthony Davis. Kobe murió en un accidente de avión... Pero al igual que en las anteriores décadas, el cambio de cifras llegó con un título de Lakers bajo el brazo (2000, 2010 y ahora 2020). En las primeras Finales sin Kobe ni en cancha ni de aficionado, su amado equipo vuelve a la gloria y suma su anillo 17. La historia perfecta.
Por delante ya solo queda el "verano", en este caso otoño, en el que comenzarán los rumores de traspaso, la agencia libre, el Draft, y todo hasta un mes de enero en el que, ojalá, todo regrese a la normalidad. Lo que sí podemos decir es que Los Angeles Lakers vuelven a dominar la NBA, y eso es una gran noticia para la liga. El siguiente homenaje a la Mamba debería ser lograr, al menos, repetir el año que viene como hizo él en 2009 y 2010. Y si no, hacer un three-peat. Por el momento, dejaremos que disfrute de este campeonato. KOBE, THIS IS FOR YOU.
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